El incalculable poder del hombre para desafiar y luchar contra las peores circunstancias que pueda imaginar

LA TRANSITORIEDAD DE LA VIDA

Los hechos que parecen robarle el sentido a la vida incluyen no solo el sufrimiento y la angustia, sino también la muerte. El único aspecto verdaderamente transitorio de la vida es lo que en ella hay de potencial. Ahora bien, lo potencial al actualizarse se convierte en en realidad, se hace real. Todo lo real se guarda y se archiva en el pasado, de donde se le rescata y se le preserva de la transitoriedad. Pues nada del pasado está irremediablemente perdido: todo se almacena en él irrevocablemente. De las múltiples posibilidades presentes en cada instante, es el hombre quien condena unas a no ser y rescata otras para el ser. ¿De esas diversas posibilidades, cuál se convertirá por la elección del hombre, en una acción imperecedera, en una “huella inmortal en la arena del tiempo”? En todo momento el hombre debe decidir, para bien o para mal, cuál será el monumento de su existencia.
Con frecuencia el hombre se fija solo en la rastrojera de lo transitorio, y pasa por alto el fruto ya ganado del pasado, pues en el pasado quedan cincelados los valores, y sus gozos y sufrimientos. De ahí, del pasado, el hombre es capaz de rescatar sus acciones. Nada puede deshacerse y nada puede volverse a hacer. Yo afirmaría que haber sido es la forma más segura de ser.

ES EL HOMBRE LIBRE O ES UN SER CONDICIONADO

Sin ninguna duda el hombre es un ser finito y su libertad limitada. No se trata, pues, de librarse de los condicionantes (biológicos, psíquicos, sociológicos) sino de la libertad para adoptar una postura frente a ellos. Como profesor de dos disciplinas, neurología y psiquiatría, soy plenamente consciente de en qué medida el hombre está sujeto a las condiciones biológicas, psicológicas y sociales. Pero además de profesor en estos dos campos, soy superviviente de otros cuatro –de concentración, se entiende –y como tal quiero testimoniar el incalculable poder del hombre para desafiar y luchar contra las peores circunstancias que pueda imaginar(…)

El hombre no está absolutamente condicionado y determinado; al contrario, es él quien decide si cede ante determinadas circunstancias, o si resiste frente a ellas. Por esa razón, todo ser humano posee la libertad de cambiar a cada momento.

Libro: El hombre en busca del sentido

Autor: Viktor Frankl

Páginas 147; 155 y 156

Transcripción extraída de aquí

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